Es increíble la cantidad de teorías de andar por casa que circulan por el mundo. Yo creo que, a lo largo de nuestra vida, todos hemos formulado, al menos, una teoría de cosecha propia.
Una colega mía, por ejemplo, opina que hay personas que tienen la nariz chata porque cuando eran críos se metían el dedo dentro (nunca me ha específicado lo que hacían después con el "tesoro" que encontraban) y por ese motivo la napia les creció a lo ancho en vez de a lo largo. Vamos, que se les ensancharon las aletas por ir a buscar petróleo donde no debían.
También conozco a un chico que sostenía que la barba crece a diferente velocidad dependiendo de la hora del día a la que uno se afeite. Afeitaros antes de ir a la cama - les decía a sus amigos - que por la noche no crece nada.
Todo esto lo cuento porque tengo un amigo, andaluz para más señas, que es el padre de una teoría curiosísima. Según él, las mujeres pelirrojas son superiores, genéticamente hablando, al resto (morenas, castañas, rubias), mientras que los hombres pelirrojos, pobrecitos ellos, son genéticamente inferiores. Ignoro qué experiencias habrá tenido con personas de este pelaje, pero está convencido de que es así. En vista de tales afirmaciones, cualquiera podría pensar que mi amigo no sabe lo que dice pero yo, que le considero más inteligente que listo (tengo otro amigo que es más listo que inteligente), creo que si él lo dice, por algo será.

Imagen de la Alhambra de Granada
Nos conocimos hace un par de veranos en un pueblecito de Málaga y nos caímos bien. Yo a él porque dice (yo no lo recuerdo) que le ayudé con las maletas. Él a mí, pues no sé, quizás porque tenía cara de seminarista y me resultó simpático. Es alto y canoso. Tiene una memoria alucinante, una casita mora y un sentido del humor muy personal (y difícil). De vez en cuando nos llamamos y los dos nos sorprendemos de cuán diferentes pueden ser las cosas en función de si uno se encuentra más arriba o más abajo de Despeñaperros.
El caso es que me apetecía dedicar un post (o como él pronunciaría, un póh) a mi amigo y a su teoría, y desde aquí, desearle mucha suerte con las pelirrojas.


